Cada Domingo de Ramos por la tarde, las familias tuxpenses se reúnen con devoción para preparar y colocar los tradicionales Patoles, una ofrenda hecha de cocos que adorna el atrio parroquial durante toda la Semana Santa.

Estas ofrendas, hechas con elementos naturales como cocos, naranjas, pinabete, cogollo del volcán, chocohuixtles y piñas, reflejan no solo el amor a la vida, sino también la creatividad y el sentido artístico de nuestra gente.

Por su parte, los Patoles de Cera llevan cirios y veladoras que iluminan el interior del templo, llenando de fe y luz este tiempo especial.

La elaboración y donación de ambos patoles unen generaciones y fortalecen nuestro patrimonio cultural intangible, reafirmando que somos el Pueblo de la Fiesta Eterna.

¡Preservar nuestras raíces también es motivo de orgullo!