Costumbres y tradiciones

Tuxpan ha sido nombrado como “El Pueblo de la Fiesta Eterna”, una denominación que se ha ganado a pulso y que es nuestro emblema ante el mundo. Las más de 80 festividades de índole religioso y sin contar aún las cívicas y civiles que hay en el año lo respaldan. Esta frase se le atribuye al prodigioso Sr. Cura J. Melquiades Ruvalcaba que regentó la Parroquia de San Juan Bautista de 1929 y hasta 1967, bautizando a este pueblo con ese adjetivo, esto debido a la gran cantidad de festividades religiosas que había a diario durante el año, producto de la herencia de los barrios indígenas fundados en la época de la evangelización. Fotografía de: Gabriel Ante.

Cada una de estas festividades son únicas en su tipo, desde su previa organización, desarrollo y culmen. Resultado de un sincretismo indígena y católico que brinda identidad a un pueblo lleno de folclore, color y sabor. Faltan días en el calendario para celebrar a todos nuestros Santos, Vírgenes y Cristo. A continuación, se muestra el calendario con las principales festividades religiosas que se celebran mes a mes en la cabecera municipal.
Elaborado por Mendoza, Sánchez Victor Manuel.

La Fiesta de San Sebastián

En Tuxpan se celebra a San Sebastián el 20 de enero como lo marca el calendario litúrgico. Siendo una de las fiestas más importantes de esta población por el número de personas que participan de ella. Lo más representativo de esta festividad es la participación de las diversas cuadrillas de danzantes de Chayacates y Sonajeros, así como la rica gastronomía que se puede degustar en ella; como la Cuaxala y la sopa con mole, así como los ponches de granada, tamarindo y guayabilla.

La fiesta consiste en una víspera previa por la noche, donde se realiza el denominado Ensaye Real, que consiste en que todos los danzantes en sus respectivos altares llevan a cabo el último ensayo de sus pasos de baile, así como bañar (así se le llama a la acción de limpiar) a la imagen de San Sebastián correspondiente a su cuadrilla y vestirlo con sus mejores galas.

Fotografía de: Arvin Guerrero.Para el día 20 de enero muy de mañana los Capitanes de Día (organizadores de la fiesta) llevan las diversas imágenes de San Sebastián al Templo Parroquial de San Juan Bautista para la celebración de la Santa Misa que se realizará a las 11 del día. A partir de esa hora comienzan a llegar las diversas cuadrillas de Chayacates, Sonajeros y Negritos al Atrio Parroquial, donde bailarán un momento para después tomar su lugar en la procesión que comenzará al terminar la misa, y donde los cientos de danzantes bailarán en honor a San Sebastián iniciando el recorrido por las principales calles de la ciudad y terminando en el domicilio del Capitán de Día. Afuera de su casa se monta un altar y se coloca la imagen principal de San Sebastián, que para el día 20 corresponde al denominado “Abajeño”. Después de este acto, todas las cuadrillas se dispersan por diversos puntos de la ciudad con su respectiva imagen de San Sebastián, comenzando así la fiesta y danzando hasta caer la noche. A toda la gente asistente a esta celebración a la hora de la comida se les ofrece el platillo típico que es la Cuaxala y de beber el tradicional ponche. Ya al caer la noche se sirve de cenar, que puede ser Sopa y Mole a todos los asistentes.

A los 8 días o sea el 27 de enero, se realiza “la octava de San Sebastián” y la dinámica de la fiesta es la misma que la del día 20, solo que en esta ocasión se va a venerar a la imagen de “San Sebastián Arribeño”. Para el 2 de febrero la misma fiesta se repite, solo que ahora en esta ocasión se va a venera a la “Virgen de la Candelaria” en conjunto con “San Sebastián Pronunciado”, este día por la noche en lugar se sopa y mole en algunos altares se ofrece tamales. Y se realiza el denominado “Carnaval” en el que se ofrecerán collares de Cozcalt (collares de tamalitos rellenos de pinole) y se untarán harina en las mejillas, como muestra del término de la fiesta y como previo al famoso Martes de Carnaval.

La Cuaresma y Semana Santa


En Tuxpan estas son festividades muy complejas y únicas. Su particularidad recae en el sincretismo de la cultura indígena con las solemnidades litúrgicas católicas. Teniendo como inicio el Miércoles de Ceniza, donde los creyentes acuden a los diversos templos y capillas de la población a la imposición de ceniza en su frente. Ese mismo día por la noche, dan comienzo las tradicionales veladas en honor al Señor del Perdón, Jesús de Nazaret y Santo Entierro en el Templo Parroquial.

Estas veladas tienen su origen en las primeras décadas del siglo XX y se llevan a cabo todos los días miércoles, viernes y domingo del periodo cuaresmal, en donde diversas familias a las que se les denomina veladores, tienen por tradición y en muchos casos por herencia, el compromiso de adornar todo el cuerpo del templo con velas de cera y flores naturales. Al termino de la misa de 8 de la noche comienza la velada, en donde son encendidas todas esas velas, y mientras rezan el santo rosario se pueden escuchar las angustiosas melodías de la chirimía, así como apreciar el adorable aroma del incienso y copal. A las afueras, en el atrio se oye a la banda de música interpretando los tradicionales Andantes, los cuales son marchas y caminatas compuestas por músicos tuxpanenses ex profeso para este tiempo litúrgico, también se les conoce como Música de Pasión. Durante las seis semanas que dura la cuaresma podemos apreciar estas únicas y originales veladas, ya que cada una varía en su composición, dependiendo del gusto, creatividad y presupuesto de las familias donantes.

Con el Domingo de Ramos se pone fin a la Cuaresma y da inició la Semana Santa. La noche previa a este día se realiza la víspera de palmas en donde en casa del mayordomo que es la familia organizadora de la festividad, se monta un gran altar al que en Tuxpan se le denomina Huerto, y este consta de una estructura de madera en forma cuadrada y en donde tres de sus cuatro paredes están recubiertas de verde pinabete traído de los bosques de las faldas del volcán. En dicho huerto se vela toda la noche del sábado y parte de la mañana del domingo la imagen de Jesús de Nazaret, para después proceder a la ceremonia de bendición de palmas y de ahí en procesión llevar a la imagen de Jesús hacia la Parroquia, donde tendrá lugar la Santa Misa. Ese mismo domingo por la tarde hacen su entrada al Atrio Parroquial los tradicionales Patoles. Los cuales son ofrendas que los fieles devotos ofrecen al Señor del Perdón, siendo una tradición que evoca a costumbres prehispánicas. El patol está compuesto de sartas de cocos secos, decorados con rosarios de naranjas, rosetones de botellas de refrescos, rompope, tequila, ponche u otra bebida, ramillas de pinabete, cordelillo de cogollo, flores y banderitas de papel picado, rematando al final con alguna alegoría simbólica de la cultura tuxpanense. Se dice que el patol es una representación del Tzompantli prehispánico, que fue una práctica entre los antiguos mesoamericanos que consistía en decapitar a las víctimas de los sacrificios humanos y conservar sus cráneos en una especie de empalizada de madera. El tzompantli era un altar donde se empalaban ante la vista pública las cabezas aún sanguinolentas de los cautivos sacrificados, con el objetivo de honrar a sus dioses. En la actualidad dichos cráneos humanos fueron sustituidos por cocos secos.

Al día siguiente, del lunes y hasta el Viernes Santo, se pueden apreciar en diversos domicilios particulares, así como en las capillas, hermosos huertos dedicados a numerosos Cristos e imágenes de Jesús de Nazaret, en el que cada día se van a representar un cuadro escénico de la pasión y muerte de Jesucristo. Teniendo una escena diferente para cada día; el lunes “la Resurrección de Lázaro”, el martes “La última cena”, el miércoles “la oración en el monte de los olivos”, el jueves “La aprehensión de Jesús” y el viernes finaliza con “La muerte de Jesús”. En estos cuadros bíblicos participan personas de todas las edades y es una escenificación que no tiene movimiento, por lo que las personas tienen que estar inmóviles aproximadamente de 2 a 3 horas. Mientras que la banda de música ameniza el momento tocando los tradicionales Andantes.El día Jueves Santo, después de terminada la ceremonia del lavatorio de pies, da lugar la procesión de la aprensión de Jesús, donde se recorren las calles de la ciudad con la imagen de Jesús de Nazaret encadenado. El día Viernes Santo al medio día se realiza un recorrido de carros alegóricos con la gran mayoría de Cristos e imágenes de Jesús de Nazaret que fueron velados durante toda la semana en sus respectivos huertos. Por la tarde tiene lugar el rosario de pésame con la imagen de la Virgen Dolorosa y Santo Entierro. Al día siguiente al medio día se realiza el viacrucis viviente de los jóvenes y por la noche la Misa de Resurrección, al término de esta, a la media noche tiene lugar un desfile de carros alegóricos con las imágenes de Jesús de Nazaret. El lunes de Pascua o sea 9 días después de que fueron colocados los patoles, estos son bajados de las alturas y se comienza a desarmar la ofrenda, marcando así el final de la Semana Santa.

Encendios a la Santa Cruz


Desde a finales del mes de abril y hasta el tres de mayo, la población de Tuxpan recorre sus calles para buscar los famosos “encendios”, tradición que hace unir a las familias y que por muchos años ha sido el deleite de chicos y grandes para disfrutar de los productos ofrecidos en este novenario de veladas a la Santa Cruz. Fotografía de: Arvin Guerrero.La Cruz, como símbolo de evangelización tras la llegada de los españoles a estas tierras ha tomado diferentes significados con el paso del tiempo. Inicialmente las cruces se usaron para bendecir o espantar los demonios en las orillas de la mancha urbana, sirviendo de protección a los arrieros y viajeros que transitaban los caminos que se tenían en ese entonces. El culto a la Cruz toma un sentido festivo cuando se convierte en un Encendio, que no es otra cosa que montar un altar con telas de vistosos colores, pinabete traído de las faldas del volcán o ramas de granadillo sobre una armazón de carrizo y madera, en donde se coloca a la cruz o cruces. A dicho altar se le decora con arreglos florales, velas con cera escamada o veladoras, de ahí el nombre de encender, además del copal en un sahumerio; en la vista frontal se adorna con flores artificiales, figuras de ángeles o alguna imagen religiosa.

En esta celebración cada participante recibe un nombre de acuerdo al rol que desempeña dentro de la festividad, el dueño de la cruz por lo general hereda dicho compromiso de un familiar o a través de una donación, el prioste es el que se lleva la cruz a su casa para velarla durante el novenario, el encendedor es uno de los nueve donantes de paletas, agua fresca, nieve, raspado, tejuino, bolis, o lo que sea su voluntad ofrecer. Si una cruz es nueva se bendice y los acompañantes se convierten en padrinos.

Previo a que el encendedor reparta a los asistentes y personas que visitan el altar lo que ofrecerá esa noche, se reza un santo rosario iniciando la mayoría de las veces a las 8 de la noche. Al culminar el rosario, y la entrega de las viandas por parte del encendedor, el prioste brinda una cena a los encendedores y así sucesivamente se hace esto por los nueve días, variando cada día los encendedores. Por lo general, los encendios inician el 25 de abril y culminan el 3 de mayo.

El termino de la festividad a la Santa Cruz involucra un desfile de carros alegóricos con la gran mayoría de las cruces que tuvieron Encendios, las cuales se dirigen al cerro Cihualpilli para acompañar en una misa a la Santa Cruz de la Luz, la cual radica en este cerro. Dicho desfile inicia alrededor de las tres de la tarde y se hacen acompañar de música, ya sea mariachi, conjunto norteño o banda según las posibilidades de los priostes y encendedores, al termino de este retornan cada una de las cruces a su altar, donde serán veladas por última vez, cerrando de esta forma un ciclo más de una festividad llena de colores, aromas y sobre todo de sabores.

Fiesta al Señor del Perdón


Esta se podría decir que es la fiesta principal de la población, ya que durante su realización se lleva a cabo también la feria anual del municipio. Consiste en un novenario en honor al Cristo del Perdón, el cual es una imagen de Jesucristo en la cruz que data de a mediados del siglo XVI y está elaborado bajo la técnica de pasta de caña de maíz, también llamada tatzingueni en lengua purépecha y fue confeccionado en los talleres escultóricos de Pátzcuaro, Michoacán.
A raíz del terrible temblor del 25 de marzo de 1806 fue jurado protector contra los temblores, prometiéndole solemnizarlo año con año. Actualmente se celebra su misa de función el tercer domingo de mayo. Previamente un novenario en el que cada uno de los nueve días se organizan rosarios de aurora, albas, horas santas, toques de doce, peregrinaciones, misas y veladas.
El encargado de organizar esta celebración es un mayordomo que es elegido por sorteo, y el cual trabaja todo el año para recabar recursos económicos con los cuales llevar a cabo la festividad. La cual inicia dos semanas antes del novenario con el tradicional reparto de Decimas, en donde mediante alegre desfile por las principales calles de la ciudad se van repartiendo los programas de la festividad a los que se les llama décimas. Un día previo al inicio del novenario de unos años para acá, al medio día se realiza un toque de doce como anuncio de la fiesta. Ya por la tarde hace su llegada la antorcha de la luz traída desde la ciudad de Pátzcuaro, Michoacán, en recuerdo del trayecto que hizo hasta Tuxpan la bendita imagen del Señor del Perdón. Todos los días se queman vistosos y alegres fuegos pirotécnicos que iluminan los cielos de Tuxpan.
El día que se lleva a cabo la Misa de Función, al termino de esta, la taumaturga imagen del Señor del Perdón es descendido de su altar para ser velada toda esa Fotografía de: Gabriel Ante.noche y parte del día siguiente. Los festejos concluyen con el tradicional desfile de carros alegóricos por las principales calles de la ciudad donde el bendito Cristo del Perdón sale a recorrer las calles de su pueblo, retornando al Templo Parroquial para ser depositado nuevamente en su altar, poniendo fin a esta magna celebración.
Desde hace algunos años se ha acostumbrado durante estos días realizar la feria anual del municipio, donde se organizan bailes, conciertos, jaripeos, elección de la reina de la feria y los tradicionales juegos mecánicos.

Las Pastorelas al Niño Dios


Es una festividad tan antigua, que se puede decir que fue de las primeras que instauraron los franciscanos en esta tierra. La fiesta tradicional al Niño Dios se organiza de varias formas diferentes, todas desde una concepción indígena.

Una de ellas es la tradición de los pastores o pastorelas, la cual es una combinación de representaciones teatrales, cantos y relatos en verso para recordar el nacimiento de Jesús. Por lo que grupos de personas se organizan en cuadrillas para llevar a cabo las presentaciones pastoriles. En Tuxpan existen 5 cuadrillas de pastores: Arribeños recuerdo de Juan Velázquez, Abajeños, Autentica Arribeña, Pronunciados y Estrella de Belén. La organización de la fiesta recae en el Mayoral y los capitanes de día que son: capitán de Belén, capitán del día 26, capitán del día 27, capitán de año nuevo y capitán de reyes.

Esta festividad tiene su inicio con el ritual del Calpan, del nahuatl CALLI = casa y PAN = sobre/lugar, que significa invitación a la casa. Está actividad es exclusiva de la fiesta de los pastores (aunque en otras fiestas religiosas ya se ha empezado a usar también). Consiste en reunirse el mayoral, los capitanes de día y encargados de la imagen del Santo Niño para salir a visitar las casas de la viejada (antiguos capitanes y mayorales de años pasados) y hacerles la invitación a participar en la fiesta de ese año. El Calpan se realiza por lo regular el último sábado del mes de octubre, pero este puede variar de una cuadrilla a otra. Iniciando entre 8 y 9 de la noche, teniendo como punto de reunión la casa del mayoral. El grupo de personas se hace acompañar de la Chirimía, música autóctona que caracteriza a esta actividad. Cuando llegan al domicilio de uno de los viejos y la puerta se abre, el mayoral toma la palabra y dice lo siguiente “compadre venimos de parte del niñito, del mayoral y de los demás capitanes para hacerte la invitación a que nos acompañes a la junta de encaladas, que va a ser el primer domingo de noviembre”. Terminando el dialogo cada capitán de día y mayoral le entrega un vaso de ponche de granada o guayabilla y un cigarro como prueba del compromiso que acaba de aceptar. Después se despiden y continúan su recorrido, que puede alargarse hasta las 5 de la mañana puesto que tienen que visitar todos los domicilios de la viejada. Posterior a esto, se realiza al domingo siguiente del Calpan el reparto de encaladas, que tiene lugar en la tarde y el objetivo es comprometer y agradecer a las personas que van a participar en la pastorela, involucrando a mayorales, capitanes, viejos, gilas, pastores y sargentos. Las encaladas son panecillos ovalados decorados con un betún blanco o de colores y significan el amarre del compromiso, también es una forma de gratificar a las personas que van a participar dentro de la pastorela, ya que no van a recibir algo monetario.

Al día siguiente del reparto de las encaladas comienzan los ensayos de la pastorela. El día 24 de diciembre se realiza el ensayo real, que viene siendo el último ensayo previo a la presentación. El día 25 por la mañana el grupo de pastores de cada cuadrilla junto con la imagen del Santo Niño se dirigen al Templo Parroquial a escuchar la misa de 7 de la mañana, al término de esta se van al domicilio del mayoral donde se encuentra un pequeño altar en honor a la imagen del Niño Jesús, y donde durante el día los pastores y el grupo musical cantarán arrullos y caminatas en honor al niño.